martes, 14 de abril de 2015

La actitud: pieza clave en constelaciones



Pronto estaremos de nuevo en Navarra. Para mí es una Tierra entrañable. Por cierto, un sentimiento sistémico, pues mi abuela paterna era de Estella. A pesar de no haberla conocido, no puedo dejar de pensar en cómo viviría y sería su vida en Lizarra.  Ella, al igual que todos mis ancestros, forman parte de mi historia, de lo que yo soy. Por todo su legado, los llevo conmigo en un buen lugar. Una sincronicidad que la podréis constatar, es que el director del hotel donde trabajamos, que no sabe nada de mi historia, siempre nos ofrece la sala Estella para realizar las constelaciones…osea, como en casa, ya lo veréis.

Esta vez, el grupo de personas se ha formado un mes antes de la fecha. Lo que indica que tienen claro que quieren saber más de sí mismos y mejorar. Unas y unos valientes. Por ahora nos conocemos por la voz, los mensajes, el correo…soy capaz de percibir los nervios, las dudas, los miedos…y la curiosidad, la ilusión, también de las personas. Sentir estas emociones es normal, al fin y al cabo, lo desconocido siempre nos llega a través de los demás y hasta que lo comprobamos por nosotros mismos, la mente no hace más que liar y liar el temido  futuro. Algo absurdo, pero funciona así. En términos del Modelado Conductual Evolutivo® se le llamaría a todo esto, el coloque -cómo estamos predispuestos antes de empezar - , después vendría el descoloque – cómo nos sorprende nuestra constelación- y terminaríamos con el recoloque – cómo entendemos, comprendemos y sentimos en nosotros mismos, el orden que se estableció con la constelación.

La actitud es, sin duda, la pieza clave en el trabajo sistémico. Para dejarnos impregnar de la nueva realidad que vamos a ver de nuestra historia familiar, hemos de desalojar la mente de expectativas, de prejuicios, de creencias, de promesas… vaciarla por completo para que llegue lo nuevo, porque cada constelación es un paisaje diferente y requiere ser vista con ojos limpios. Como si se tratara de un viaje a un lugar desconocido por todo el mundo, ¿qué podemos imaginar? Nada, sólo dejarnos cautivar por lo que nos llega por los sentidos, con los poros abiertos, sin mente, sólo el corazón…entonces, ¿Qué hacer?  Atender plenamente a lo que sucede, permitiendo que se muestre lo que necesitamos aprehender…

Muchas gracias a todas y todos por la confianza en nosotros, en especial, como siempre a Lourdes, Gaztelu, Jesús Mari y Teresa.