sábado, 10 de octubre de 2015

Descubrir lo que somos

Con este lema arrancaba hace unos días, el primer Foro de Espiritualidad de la Asociación Viento del Sur. Un fin de semana intenso, donde se respiraba calidad y calidez. El tema era muy sugerente, invitaba a realizar un viaje sin distancia hacia ninguna parte.
Había guías. Los conferenciantes lanzaban palabras que hacían poso en nosotros, dándonos la oportunidad de entrar en el gran silencio. Tuvimos la suerte de conocer a Gisela Zúniga. Me impresionó su “estar presente” Ella era presencia. Se le notaba en su manera de hablar y también en sus movimientos, era como si nos recordase todo el tiempo que lo único que tenemos es el Ahora. En ella había quietud. Un lujo, vivirla tan de cerca.

Me quedé con muchas experiencias que resonaron en mí, incluso la poesía de Vicente Gallego, un artista que nos hizo reir en más de una ocasión.

Ahora quiero compartir una descripción muy pedagógica que realizó Enrique Martinez sobre la evolución de la mente, desde la infancia. Nos ilustró con vivas imágenes, las consecuencias nefastas de identificarnos con las cosas que vemos y que deseamos. Explicó brevemente, las necesidades que tenemos desde el nacimiento, las que tienen que ser cubiertas para sobrevivir; después vienen las otras, sobre los cuatro años, que es cuando el niño se apropia y se identifica con lo que tiene: su cuerpo, su nombre, su familia, sus juguetes, etc, y reclama la posesión de todo ello, corriendo el riesgo de alejarse demasiado de su Esencia, que sólo se puede llenar, precisamente, desalojando esas posesiones. Una paradoja de la vida.

Si se sigue esa dinámica,de adulto se convierte en tres personajes que nada tienen que ver con el Ser que es: Esclavo de la necesidad, nunca satisfecha; Mendigo de la aprobación y reconocimiento de los demás, y por último, Verdugo, pues para “ser más que el otro” lo desvaloriza  y desvirtúa. El caso es que estos tres personajes crecen, se desarrollan e incluso a veces tienen la oportunidad de gobernar  el mundo.

Gran responsabilidad para los educadores para mantener la mirada en el niño traspasando su apariencia, viendo más allá de lo que dice y/o hace...sabiendo que es imposible saciar sus necesidades con cosas, miles de cosas que pide y que, la mayoría de las veces, se cede también, de manera compulsiva.

Antes de terminar el Foro, hubo una mesa redonda dando la opción, a los asistentes,para preguntar a los ponentes cuestiones variadas. Una de las personas decía que cómo es posible que existan tantas guerras e injusticias. Fue Matilde de Torres quien respondió: "somos el estado de conciencia que sostiene el mundo". Las estamos manteniendo entre todos. Es responsabilidad  tuya y mía, cambiar nuestro estado de conciencia para que el mundo cambie. O sea, el esclavo, mendigo y verdugo que alimentamos, son los esclavos, mendigos y verdugos del mundo. Cada vez que agredimos con nuestras palabras, pensamientos o actos, mantenemos la ira y cada vez que amamos, construimos la paz.

Muchas gracias por este gran Encuentro con conciencia!

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